San Ambrosio Obispo de Milán

El día de la memoria: 20 diciembre ( 7 dic. según calendario religioso.)

San Ambrosio se venera como uno de los más grandes teólogos y padres de la Iglesia. También es conocido como reformador del canto en la Iglesia. El introdujo en el canto el compás mesurado, correctas cadencias y diferentes melodías. Él tomó muchos textos de los cantos del San Efrén de Siria y de Hilarión. Pero también, él mismo compuso cerca de 30 himnos.

San Ambrosio nació en el año 340 al norte de Italia en una noble y rica familia romana. Tuvo una excelente preparación jurídica y pronto ocupó el cargo como funcionario del Consulado en las provincias de Liguria y Emilia. Una vez en actual Milán, capital de Liguria, se hacían las elecciones de obispo. Entre los ortodoxos y arrianos hubo grandes discusiones. Ambrosio vino a la iglesia para restablecer el orden y repentinamente una voz, como de un chico, dijo: «Ambrosio obispo.» El pueblo y el mismo emperador Valentín vieron en esto la elección de Dios. Ambrosio no quería aceptar el cargo porque ni siquiera estaba bautizado. En aquella época muchos esperaban hasta la edad madura para bautizarse. San Ambrosio se fue de Milán, pero tuvo que aceptar el cargo por unanimidad. Se bautizó y durante ocho días se preparó y fue consagrado como obispo en el año 374.

Lo primero que hizo fue donar sus bienes a los pobres. Después empezó a estudiar profundamente las Santas Escrituras y obras de los padres de la Iglesia oriental. Recién después, empezó a ejercer su cargo como obispo.

San Ambrosio combatió valientemente la herejía arriana, la que patrocinaba la emperatriz Justina. Como recuerdo de la victoria sobre el arrianismo, él compuso el himno: «Dios, a Vos se te agradece«, que se canta hasta el día de hoy en las misas para agradecer.

El insistió que se borre del título imperial el nombre sacerdote pagano (Pontifex Máximas). Los sacerdotes paganos y sus templos fueron privados de la ayuda estatal. Fue apagado, así llamado, el fuego sagrado de Vesta y retirada del Senado la estatua de la Conquista.

Santos Obispos Agustín y Ambrosio

San Ambrosio demostró su fuerza obispal cuando resolvió no dejar entrar a la Iglesia al emperador Teodosio, después de la matanza de los rebeldes de Tesalónica. Ambrosio dijo al emperador: » El hombre que hizo correr tanta sangre no puede estar en la Iglesia, que es la Paz de Dios.» El emperador contestó: «Y David pecó pero no fue privado de la misericordia de Dios» Ambrosio contestó: «Vos imitaste a David en el crimen, imítalo en el arrepentimiento y lo castigó con penitencia para que se reconciliase con Dios y la Iglesia.

En el año 387 a raíz de sus sermones se cristianizó y se bautizó San Agustín, quien más tarde fue obispo y gran teólogo de la Iglesia Occidental.

Sus últimos años de vida San Ambrosio los pasó rezando tranquilo y alegre, esperando su muerte, que ocurrió en el año 397.

Fuente: fatheralexander.org

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *