¿Porque en la Iglesia Ortodoxa conmemoramos el traslado de las reliquias de San Nicolás a Bari?

San Nicolás de Mira, así lo llamamos a este Gran Santo Obispo en la Iglesia Ortodoxa, ya como su sede episcopal estuvo en Licia (ahora Turquía). Su memoria se celebra el 19 de Diciembre y una otra fiesta la celebramos el 22 de Mayo (6 dic. y 9 mayo según calendario religioso.). Es la fiesta del Traslado de las reliquias de San Nicolás a Bari.

A su muerte el San Obispo fue enterrado en Myra, donde sus restos permanecieron hasta 1087, año en que fueron llevados a Bari. Este hecho tuvo fuertes implicaciones políticas y económicas debido a la gran devoción a este santo en todo el occidente cristiano.

La fiesta fue establecida por el Papa Urbano II, quien en 1088 instituyó oficialmente la celebración litúrgica del traslado de las reliquias de San Nicolás el 9 de mayo. Los griegos y el Oriente bizantino no aceptaron esta fiesta, pero en Rusia y otros países eslavos se ha generalizado y se celebra hasta el día de hoy.

La fiesta de la transferencia de reliquias llegó a Rus a principios de la década de 1090 junto con la «misión de Teodoro», quien llevó a Kiev una partícula de los restos de San Nicolás. Todavía no está claro quién era este Teodoro: un enviado del Papa o un embajador del Metropolitano de Kiev en Roma. De una forma u otra, el establecimiento de la festividad lo atestigua: a fines del siglo XI, se mantuvo la comunión eclesiástica entre Roma y Kiev.

Mientras tanto, el traslado de las reliquias de San Nicolás a Italia en el siglo XI fue un robo banal, sin embargo, gracias al cual las reliquias de San Nicolás se conservaron para las generaciones actuales. El Gran Santo por su gran humildad aceptó ese evento, disculpando y reconciliando el Occidente y el Oeste modernos.

Recordemos los principales hechos históricos que sacudieron Apulia en este momento: el territorio, que estaba dominado por el imperio Bizantino, fue conquistado en 1071 por los Normandos, guiados por Roberto el Guiscardo, y su dominio se extendió hasta Nápoles en 1137 y Sicilia, donde conquistaron Palermo y Siracusa en 1086.

Tres son las versiones de la ‘Translatio Sancti Nicolai’, que relatan de cómo los bareses se adueñaron de los restos del santo. Evidentemente presentan unos puntos en común, que son: la expedición de mercaderes a Antioquía, la noticia que los venecianos quisieran adueñarse de las reliquias y el traslado de las mismas a Bari.

Según la primera de estas translatio, algunos mercaderes bareses de encontraban en Antioquia para vender trigo cuando se enteraron de que un grupo de mercaderes venecianos tenía la intención de ir a Myra para robar el cuerpo de San Nicolás. Por lo tanto decidieron llegar antes que ellos.

Cuando llegaron, pidieron a los guardianes que les enseñasen la tumba. Los bareses revelaron sus intenciones diciendo que habían sido enviados por el papa, llegando hasta las amenazas por lo que los monjes se vieron obligados a confesar que el cuerpo estaba debajo del lugar donde fluía el aceite sagrado, el llamado ‘maná’, que se forma en la tumba del santo. El gran perfume que emanaba de las reliquias llegó hasta la ciudad de Myra, distante algunos kilómetros, y despertó a la población; y fue así cómo los bareses se hallaron delante de una multitud de personas que querían impedir que se las llevaran, pero consiguieron huir. Llegaron hasta el puerto de San Jorge mártir, a unos 6 kilómetros de Bari. En este lugar se construyó una pequeña capilla para hospedar los restos del santo. El pueblo luego decidió ponerlas bajo la protección del abad Elías del Monasterio de San Benito.

Según otra versión, al regreso a la patria los mercaderes confiaron directamente las reliquias al abad de San Benito quien las custodió durante tres días en su iglesia. Luego llegó el arzobispo y fueron trasladadas a la iglesia de San Esteban, siempre bajo la protección del abad Elías.

Otra versión más se enmarca en el contexto de la devastación del Imperio Bizantino y de Antioquía por parte de los musulmanes Ismaelitas y la consiguiente posible destrucción de la tumba de San Nicolás, Por este motivo, el santo se le habría aparecido a un cura barés al que pidió ser llevado a Bari. Para ello se prepararon tres barcos para la expedición, cargados de cereales, con 62 entre comerciantes y marineros bareses, y zarparon para Antioquía. Cuando llegaron, se enteraron de que también los venecianos tenían la misma intención. Pero los bareses consiguieron llevarse a casa los restos del santo, acompañados también por dos de los cuatro monjes que custodiaban el sepulcro. En un primer momento los restos se depositaron en la iglesia de San Juan Bautista y tres años más tarde papa Urbano II presenció la celebración de la deposición de las reliquias en la nueva iglesia de San Nicolás.

Razones históricos del traslado de las Reliquias

Hay que buscar la razón del traslado de las reliquias en la posible amenaza de tipo económico que engendraba el difícil momento político, y que habría favorecido a Venecia. Las guerras entre Bizancio y los Normandos ya de por sí constituían una amenaza para Bari porque hacía más dificultoso el normal comercio con el Oriente que, a su vez, tenía en Venecia un fuerte competidor transportando y vendiendo trigo de Apulia. De hecho, los barcos venecianos se servían de Bari como escala y cargaban el trigo que iban a vender a Constantinopla, Antioquia y otros lugares. Las guerras entre el imperio y los Normandos ofrecieron a los venecianos la oportunidad de adquirir privilegios comerciales, como la crisóbula, o bula de oro, en 1082, que exentaba a los venecianos de cualquier impuesto, lo que aseguraba por tanto su supremacía económica.

Las festividades de los venecianos el día del traslado de las reliquias de S. Nicolás. Guido Reni (1575-1642), Museo del Louvre
Las festividades de los venecianos el día del traslado de las reliquias de S. Nicolás. Guido Reni (1575-1642), Museo del Louvre

Además, la posterior derrota de los normandos por parte de los bizantinos frente a la costa de Butrinto, en 1085, y la muerte de Roberto el Guiscardo, quitaron toda esperanza a los mercaderes de Bari de controlar el comercio con Oriente. No pudiendo ya competir en esta actividad económica, Bari consideró oportuno mirar hacia otro frente y cambiar el tipo de ‘negocio’: era necesario llevarse a casa a un santo que en Oriente fuera tan importante por lo menos como San Marcos en Venecia. Y la maniobra funcionó, porque empezó de inmediato a dar frutos: de hecho, la afluencia de peregrinos fue máxima ya en el siglo XII, siendo Bari y la basílica de San Nicolás, construida ex profeso y el lugar donde descansan sus reliquias, su meta. También en este caso, una reliquia ha cambiado las suertes de un lugar, determinando un ‘antes’ y un ‘después’.

Basílica de San Nicolás, Bari. Siglo XII
Basílica de San Nicolás, Bari. Siglo XII

En Bari se sigue celebrando la llegada de las reliquias, el 9 de mayo. En esta ocasión se abren los restos del santo delante de los fieles y se recoge el ‘maná’, que en realidad es agua. Si para algunos se trata de un milagro, para otros se trataría de un fenómeno natural de condensación. El ‘maná’ también es considerado como una reliquia por haber estado en contacto con los huesos del santo. Cada año se recoge poco más de medio litro que se diluye en agua y se distribuye a los fieles.

Varias botellas utilizadas para conservar el ‘sagrado maná’
Varias botellas utilizadas para conservar el ‘sagrado maná’

Fuentes usados: https://reliquiosamente.com/2019/05/21/san-nicolas-el-santo-que-cambio-las-suertes-de-bari/

https://tvbesedka.com/article/svyatoj_nikolaj_chudotvorecz_biografiya_zhitie_daty_prazdnikov_chudesa_moshhi_svyatogo_361

http://aquaviva.ru/journal/perenesenie-moshchey-svyatitelya-i-chudotvortsa-nikolaya-iz-mir-likiyskikh-v-bar

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