Ahora todos lamentamos a por la sangrienta guerra fratricida entre nuestros pueblos afines, una vez cristianos ortodoxos.
Cada uno, como persona, tiene el derecho, ya veces tal vez, incluso la obligación, a la acción política. Pero incluso con las mejores intenciones, todos pueden humanamente cometer errores y causar daño sin saberlo. La oración, sin embargo, nunca puede causar daño, sino que por el contrario sólo puede ser beneficiosa, tanto para aquellos por quienes oramos como para nosotros mismos que oramos. Por eso, ofrecemos aquí oraciones por la paz, tanto para uso personal como eclesiástico.
Dado que la guerra no es sólo una consecuencia de la maldad en los corazones, tanto a nivel individual como nacional y estatal, sino también el terreno para la multiplicación de esta maldad, dirijámonos en oración a la Santísima Madre de Dios, Quien «ablanda los corazones malvados». Ofrecemos el texto del canon escrito al ícono de la Madre de Dios «Quien ablanda los corazones malvados» (compartimos un link para el texto que está en idioma eslavo eclesiástico, y también compartimos el tropario en español, más abajo). Recemos para que la Madre de Dios ablande nuestros corazones, así como el corazón de los que luchan y sufren, y en general de todos los que viven en esta tierra, para que cese este caos.
Traducción desde el ruso
El original: Обращение Епископа Иоанна к своей пастве.
Este ícono de la Madre de Dios “Quien ablanda los corazones malvados” o también se lo conoce como el “de las siete espadas”, recuerda los sufrimientos que la Santísima Virgen aceptó, disponiendo Su voluntad plenamente a Dios. Cuando Ella junto con José llevan al Niño Dios Jesucristo al Templo para ser presentado, el Justo Simeón les salió al encuentro, les bendijo y dijo a María, su Madre: «He aquí que Éste está puesto para caída y levantamiento de muchos en Israel, y para señal de contradicción -y a ti, una espada te atravesará el alma- a fin de descubrir las intenciones de muchos corazones.» (Lucas 2:34-35). En el tropario (oración) a este ícono, se habla no solo de las espadas que la Virgen soportó relacionadas a la persecución y muerte injustas de Su Hijo y Nuestro Salvador, sino también a las espadas que representan las injusticias y maldades de nosotros sus hijos, que como Madre ella las sufre, así como también las espadas de las maldades de todos los seres humanos, creados por Su Hijo para el bien, pero que se caen en la maldad.
Tropario a la Madre de Dios “Quien ablanda los corazones malvados”
Suaviza nuestros corazones malvados, Madre de Dios, repele los ataques de los que nos odian, y todas nuestras amarguras espirituales resuélvelas. Porque, mirando a Tu santa imagen, nos ablandamos con Tu compasión y misericordia por nosotros, y besamos tus llagas. De nuestras flechas que te atormentan, nos horrorizamos. No dejes, Madre Misericordiosa, que perezcamos por nuestra dureza de corazón o por la dureza de corazón de nuestro prójimo, porque Tú eres verdaderamente Quien ablanda los corazones malvados.
Oración por Ucrania leída diariamente en los templos ortodoxos en Lituania
Señor Jesucristo, Dios nuestro, mira con Tus ojos misericordiosos el sufrimiento y el llanto doloroso de Tus hijos que viven en las tierras ucranianas.
Libra a tu pueblo de la guerra fratricida, has cesar el derramamiento de sangre, aleja los consecuentes males, lleva a los desposeídos a hogares, alimenta a los hambrientos, consuela a los afligidos, une a los que están divididos, ablanda los corazones endurecidos y vuélvelos hacia el conocimiento de Ti.
Soberano Misericordioso, Señor Jesucristo, por las oraciones de Tus santos, y especialmente por las oraciones de Tu Purísima Madre, la Santísima Virgen María, pon fin a la guerra fratricida, concede la paz a la gente de la tierra de Ucrania, la paz a tu Iglesia y a sus hijos fieles, a fin de que Te glorifiquemos con un solo corazón y una sola boca, nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos. Amén.
Oración por el cese de los conflictos, la sedición y desorden interno
¡Señor Jesucristo nuestro Dios! Acepta las elevación de nuestras oraciones y nuestras manos por el perdón de todos nuestros pecados e iniquidades, con los cuales irritamos Tu filantropía y encolerizamos Tu bondad; y aparta de nosotros toda Tu ira, dirigida con justicia hacia nosotros. Apaga toda sedición y discordia, las luchas, ahora existentes, el derramamiento de sangre y las luchas internas, y concede paz y calma, amor y seguridad, y pronta reconciliación a Tu pueblo, a quien has redimido con Tu honorable sangre. Por la gloria de Tu nombre y la afirmación y fortalecimiento de Tu Santa Iglesia, porque eres bendito por los siglos de los siglos. Amén.
Fuente usado: iglesiaortodoxaserbiasca.org